Antes de presentar la metodología para construir un plan de marca personal es conveniente entender la esencia de este concepto: la idea general que se tiene de alguien. Entonces, crear un plan de marca personal significa diseñar una configuración de identidad clara y consciente para influir en las percepciones, los sentimientos y las creencias que se generan en los demás. También consiste en identificar y comunicar las características que consideramos importantes para sobresalir, hacernos visibles y mostrarnos innovadores y singulares.
El objetivo de un plan de marca personal es presentarnos ante una audiencia como individuos atractivos, notorios y reconocidos para ser la opción preferente en un entorno sobrecomunicado y competitivo. Al trabajar intensamente en ese plan y su ejecución, garantizamos un lugar en la mente del público objetivo.
La era digital trajo consigo una globalización extrema en la que, sin darnos cuenta, interactuamos con personas en cualquier parte del mundo. Dicha globalización, potenció las comunicaciones y creó nuevas oportunidades para el desarrollo de las marcas personales. Sin embargo, también creó dificultades. En la actualidad es realmente complejo no diluirse en la gran masa de información que circula en el mundo digital, y esto hace que la tarea de alcanzar una alta visibilidad en una audiencia específica sea ardua. Por esto, crear un plan de marca personal es una obligación.
¿Cómo diseñar el plan de marca personal?
Tres etapas componen el proceso para crear una marca personal exitosa, escalable y ganadora: conceptual, operativa y analítica. En cada una de ellas se deben hacer reflexiones y ejecutar tareas para garantizar la construcción esperada. A continuación, las abordamos por separado para entenderlas mejor:
1. Etapa conceptual
La primera fase del proceso de construcción de un plan de marca personal se encarga de definir con exactitud qué es lo que se quiere ser y cuáles son las razones para serlo. Aquí se trabaja en las definiciones estratégicas y en los cimientos de la marca; también se abordan las tareas relacionadas con la definición de los principios y las actitudes a transmitir. Esta etapa inicial es la parte menos divertida del proceso, pero sí la más importante, pues se toman las decisiones críticas para el futuro de la marca personal.
Para obtener un magnífico resultado en esta etapa sugerimos un esfuerzo metódico en cuatro asuntos: (1) el marco teórico, (2) la audiencia, (3) la planificación y (4) el tono. Para el primero se deben elegir las temáticas y los campos del conocimiento en los que se involucrará. Superado esto, la atención se centra en la audiencia. Aquí se necesita segmentar el público con precisión, dejando de lado las consideraciones de tamaño. El objetivo en este segundo asunto es encontrar el nicho apropiado para la marca personal, ese que le dejará los mejores réditos. El asunto siguiente es la planificación de las acciones que servirán para abordar y colonizar con paciencia y solidez. Por último, la elección del lenguaje para comenzar a diseñar mensajes que dirijan a la marca hacia el lugar esperado.
2. Etapa operativa
Esta segunda fase del plan de marca personal está compuesta por dos tareas diferentes pero relacionadas. La primera consiste en desarrollar las habilidades necesarias para construir la marca y la segunda en elegir las herramientas apropiadas para conseguir los objetivos y atraer a la audiencia elegida en la etapa conceptual.
En el primer paquete de asignaciones —el de las habilidades— se necesitará desarrollar aptitudes —que son inherentes al tipo de marca que se planea crear—. Sin embargo, existen tres habilidades transversales: escuchar, aprender a priorizar y crear redes. Escuchar significa dedicar más tiempo a oír que a hablar. Para comunicar bien debemos comenzar por escuchar más y mejor lo que el entorno nos dice. Las marcas personales que sobresalen son aquellas que logran desarrollar esta habilidad. Aprender a priorizar también es crítico para consolidar una marca personal, porque las asignaciones del plan de marca personal son tantas y tan diferentes que solo alcanzarán el éxito aquellos que sepan elegir con inteligencia qué hacer primero o en qué invertir tiempo. Crear redes, la tercera habilidad a desarrollar, se refiere a potenciar las competencias para relacionarse con el entorno. En la actualidad es esencial incorporar el trabajo colaborativo como forma de integración y aportación.
El otro grupo de tareas es el relacionado con la selección de herramientas. Este trabajo termina siendo una consecuencia de la etapa conceptual y del desarrollo de las capacidades individuales que acabamos de describir. La idea es escoger un grupo de plataformas tecnológicas o de programas educativos que acorten el camino para la consecución de los objetivos. Ahora, recuerda siempre que tener más herramientas no necesariamente es mejor, es preferible un excelente trabajo, en un ecosistema controlado, al desorden de un ecosistema ambicioso.
3. Etapa analítica
El último paso del proceso de construcción de un plan de marca personal es el análisis de resultados y la optimización de las acciones. Al igual que cualquier marca, una personal necesita crear un círculo virtuoso con las siguientes acciones: definición de objetivos, elección de tácticas, asignación de indicadores, evaluación de resultados, comparación de lo obtenido con lo esperado y redefinición de todo para mejorar. La etapa analítica será entonces la encargada de perfeccionar el esfuerzo para con esto dar un mejor uso a los recursos disponibles.
10 reflexiones adicionales para crear una marca personal exitosa
Queremos cerrar esta publicación con un compendio de recomendaciones, a manera de reflexión, para que aquellos que se tomen en serio el trabajo de creación del plan de marca personal consigan buenos resultados y se consoliden en el mundo digital:
- Entender que en el pasado se podían controlar la creación y la distribución de los contenidos, hoy no. Esta realidad obliga a estar atento a todo lo que se dice en el mundo digital. Recuerda que escuchar es una habilidad crítica para el proceso de construcción de una marca personal.
- Antes de actuar es necesario preguntarse: ¿lo que haré ayudará o perjudicará la marca personal? Los creadores de marcas personales sobresalientes siempre ponen la marca como prioridad. No olvides que tu marca es tu principal activo.
- Estar atento a todo lo que se hace porque la marca está presente en cada actividad o decisión. Asegúrate de mantener a la marca conectada con todo lo que se piensa, siente, dice y quiere.
- Ser diligente para impactar con solidez y decisión los resultados. El gestor de una marca personal debe atender con prontitud y diligencia cada uno de los comentarios que la audiencia hace en los canales digitales, con esto se generará confianza en la comunidad.
- Aceptar que la mejor forma de promover una marca personal es concentrándose en aquello que añade valor. Es decir, destinar más recursos a aportar a la comunidad. Ten presente que siempre será más valioso crear que replicar o amplificar.
- Trabajar diariamente en el perfeccionamiento de cada una de las habilidades, los conocimientos y las herramientas. Para poder conseguir esto se requiere un compromiso fuerte. Cuando se crea una marca personal que esté estrechamente ligada a sus pasiones es más fácil lograrlo.
- Reconocer que las mejores marcas personales son aquellas que proyectan un mensaje claro, emanan una identidad creíble y atraen y retienen a la audiencia.
- Crear contenido original y compartir conocimiento son dos acciones que harán que la marca personal sea más visible y te servirá para convertirte en un referente del sector.
- Potenciar una marca personal requiere detallar y justificar cada propuesta que se hace a los interlocutores. Es conveniente que el gestor de la marca siempre entregue al entorno unas razones claras para relacionarse y construir redes.
- Entender que una marca personal debe estar fundamentada en los valores, las habilidades y las experiencias para luego ser consistente y perseverante.