En los últimos años, los medios de comunicación han implantado en la mente de los jóvenes una visión idílica del emprendedor exitoso. En esa visión se muestra a quien emprende como un individuo sobresaliente que en pocos días cambia radicalmente su vida gracias a una idea brillante.
Esa visión mágica del emprendimiento que se escucha por todas partes —desde líderes gubernamentales hasta fábulas de Silicon Valley— se ha encargado de pordebajear la disciplina, el esfuerzo y la perseverancia, y ha enfatizado en la creatividad como el motor del futuro. Esa aproximación al emprendimiento es la que ha sobrevalorado la idea y los resultados financieros e infravalorado los equipos y los procesos. Y no es que estemos en contra de la creatividad, por el contrario, también lo consideramos un activo importante, pero definitivamente no es la base del asunto. Son muchos los factores que convierten una idea en una organización y una persona en un emprendedor exitoso.
Emprender una idea hasta convertirla en negocio
La visión del emprendimiento que a nosotros nos atrapa es aquella que parte de la idea, pero se nutre de equipo, educación, planificación y mucho trabajo. Esa visión es más cercana a la realidad porque son contados los casos de emprendedores que triunfan con una simple idea si los comparamos con aquellos que logran el éxito a partir del trabajo continuo.
Insistimos, no intentamos minimizar la importancia de una idea brillante. Lo que queremos es ahondar en el análisis para darle una mayor relevancia a otros insumos necesarios para emprender. Evidentemente, las ideas sobresalientes son un magnífico punto de partida para crear un proyecto, pero existen otros aspectos igual de importantes, por ejemplo, el entorno, la predisposición al trabajo en equipo, la capacidad de adaptación, la perseverancia, la vocación investigativa, la planificación estratégica y el impulso innovador, entre otros.
Emprender, visto de esa forma, es una de las tareas más retadoras y gratificantes, pues hay muchas personas con buenas ideas, pero pocas valientes que arriesgan su futuro y su confortable estabilidad laboral para lanzarse al mundo de la incertidumbre.
¿Qué significa ser un emprendedor exitoso?
Vivimos en una época en la que la mayoría se jacta de emprender, pero a la hora de la verdad son pocos los que merecen esa etiqueta. El mundo está lleno de ese tipo de personas que ponen pocos huevos, pero los cacarean hasta el cansancio.
En teoría, ser un emprendedor exitoso es crear valor para aprovechar una oportunidad del mercado. Es decir, que una iniciativa emprendedora es un proceso en el que una persona o equipo reconoce una oportunidad de mercado y construye valor con un producto o servicio para atacarla.
Es necesario subrayar el hecho de que emprender es un paso a paso que se podría resumir en tres fases consecutivas: (i) identificar las oportunidades de los mercados y evaluar su potencial, (ii) conseguir los recursos necesarios para explotar esas oportunidades, y (iii) crear y poner en marcha un proyecto que cree valor a partir de la oportunidad detectada.
Cómo convertirse en un emprendedor exitoso
Una iniciativa emprendedora bien concebida es una actividad metódica ejecutada por personas, que toman una idea y la convierten en una realidad con valor para los involucrados. Apegándonos a esa definición, nos propusimos presentar un tutorial de veinte pasos y muchos consejos. El objetivo es aclarar la ruta y mostrar el camino más eficiente para transformar una idea en un negocio y convertir una persona en un emprendedor exitoso.
1. La idea no es lo más importante
Una buena idea no te convertirá en un emprendedor exitoso. ¡Una idea brillante no basta! La idea es solo el banderazo de arranque para comenzar el proceso de emprendimiento. Sí, sin una idea será difícil crear un negocio, pero esa idea no lo resuelve todo.
Los emprendedores inteligentes nunca caen en la trampa de encerrarse en su idea. Los emprendedores que se destacan le restan importancia a la idea y permiten que el proyecto evolucione con las circunstancias. Apegarse excesivamente a la idea le puede jugar en contra al proyecto y podría enceguecer al emprendedor.
2. Descubrir oportunidades para emprender
La palabra «oportunidad» es la que mejor resume la esencia de la actividad emprendedora. Una oportunidad debe ser entendida como una posibilidad, una necesidad no satisfecha o un espacio no cubierto del mercado. Y en ellas se encuentra el espacio apropiado para que afloren la creatividad y las ideas de negocio.
Para descubrir oportunidades atractivas se requiere de mucha atención —para tipificar las situaciones constantes o repentinas en un mercado— o de un método investigativo —para detectar cambios de comportamiento, nuevas tecnologías, nuevos conocimientos científicos o procedimientos empresariales mal estructurados—. Un emprendedor exitoso invierte recursos en ambos apartados: en la observación y en la investigación del entorno para descubrir las oportunidades que engendrarán las ideas para su iniciativa empresarial.
3. Tener comportamientos de emprendedor
El comportamiento del líder y de los integrantes del equipo emprendedor son claves para el futuro de la iniciativa. Son muchas las actitudes conscientes e inconscientes que potencian o afectan un proyecto de emprendimiento; pero en esta publicación nos centraremos en los más importantes —esos que cuando se persiguen con determinación cambian radicalmente el futuro del negocio naciente—.
Un equipo emprendedor deben incorporar seis comportamientos para conseguir buenos resultados en la ejecución de su idea de negocio:
- Educar con el ejemplo. La mejor forma de cambiar un hábito o de hacer que un grupo de colaboradores incorpore y se comprometa con los valores del emprendimiento es que los vean presentes en su líder.
- No decirle que sí a todo. Sí, entendemos que en las fases iniciales se puede caer en la tentación de decirle que sí a todo, pero trata de evitarlo porque esto podría desviar el rumbo o perjudicar el proyecto a largo plazo.
- Siempre apuntar alto. Mientras más ambiciosas sean las metas, mayor dedicación se tendrá y más alto se llegará. No te conformes con sobrevivir.
- Alejarse del optimismo y el pesimismo nocivo. Los dos extremos son peligrosos —aquellos que haciendo poco creen que todo saldrá bien y los que ven calamidades por todas partes—, no permitas que nadie glorifique o derrumbe tus ideales fácilmente, no te contamines del deseo de aventura o del temor al riesgo de los demás.
- Aprender a delegar desde el primer día. Mientras el emprendedor tenga más tiempo para concentrarse en cultivar los aspectos trascendentales del proyecto, más rápido se verán los frutos.
- Huir de la procrastinación. Aplazar es el principal enemigo de los emprendedores, no caiga en sus garras, enfrente cada tarea y decisión con prontitud.
4. Constituir un equipo sobresaliente
Un emprendedor exitoso entiende que crear un proyecto solo es imposible. Ahora, también entiende que no puede conformarse con cualquier equipo. Los equipos de emprendimiento que triunfan tienen las siguientes características: (i) son grupos pequeños —de máximo de cinco miembros—, (ii) están conformados por personas con perfiles complementarios y sinergias comunes, y (iii) comparten una visión —aún cuando sus motivaciones son diferentes—.
El grupo de trabajo de un proyecto de emprendimiento debe tener un líder disciplinado, con habilidades comunicativas y con un compromiso inquebrantable con lo que se está construyendo. El líder tiene que ser alguien con hambre de triunfo y con un profundo conocimiento de las capacidades de riesgo y aguante de cada uno de los integrantes del equipo emprendedor. Cualquier idea puede ser convertida en un emprendimiento potente por esos equipos extraordinarios.
5. Evaluar la necesidad de socios inversionistas
No todos los proyectos de emprendimiento requieren de socios que aporten capital para progresar. No todo los fuegos necesitan gasolina para crecer y propagarse. ¡Es importante entender esto desde el principio! Al hacerlo evaluarás mejor las oportunidades de recibir recursos externos.
Un emprendedor exitoso revisa los pros y los contras de cada propuesta de inyección de capital antes de tomar una decisión. La inversión externa es una de las piedras en el zapato del emprendimiento, porque generalmente se da por sentada su necesidad y poco se cuestiona. Explorar múltiples alternativas para la financiación —familiares, amigos o préstamos bancarios— puede mantener alejados a los tiburones inversionistas y, con esto, conservar el control total de la iniciativa.
6. Hacer una distribución sensata de las acciones
El reparto de los derechos de propiedad es un reto difícil en cualquier iniciativa emprendedora. Para evitar problemas e inconformismos futuros en el equipo se debe hacer con justicia, apelando a los méritos individuales y a la aportación real de cada individuo para la creación y la consolidación del proyecto.
Una repartición equitativa de las acciones no es aquella en la que todos consiguen lo mismo, sino una en la que cada quien obtiene lo que verdaderamente se merece. Para distribuir las acciones se debe evaluar la contribución de cada miembro en aspectos como: el tiempo invertido; el riesgo asumido; las ideas generadas; los activos o los recursos aportados; los contactos, el networking y los clientes entregados; el rol dentro del proyecto; etc. Un emprendedor exitoso presta mucha atención a estos aspectos y garantiza una repartición justa de las acciones para lograr una convivencia sana entre los socios y la supervivencia del negocio.
7. Firmar un pacto de socios
Disponer de un pacto de socios claro y bien elaborado evitará discusiones y malos entendidos. Los buenos pactos de socios salvan las amistades y las compañías. Y, también, permiten que los socios enfoquen toda su atención en el desarrollo y el mejoramiento de la iniciativa emprendedora.
El pacto de socios es un documento que se debe crear con el apoyo de personas expertas y que tiene que fijar unas reglas claras para cuando los socios enfrenten situaciones difíciles. Los tópicos frecuentemente abordados por un pacto de socios son: (i) los compromisos de permanencia, (ii) la exclusividad y la no competencia ante futuras salidas del equipo emprendedor, (iii) el establecimiento de salarios y bonificaciones, (iv) las regulaciones para la transmisión de acciones, (v) el mecanismo de establecimiento de mayorías para la toma de decisiones, (vi) los posibles derechos de veto a la entrada de nuevos socios (vii) las políticas para el reparto de los dividendos, (viii) las penalizaciones por incumplimientos, etc. Los pactos de socios sirven para anticiparse a situaciones incómodas y para proteger a la empresa y a los socios de futuras disputas.
8. Establecer reglas para tomar decisiones
La mayoría de las decisiones complejas y de los procedimientos de la iniciativa emprendedora deberían quedar resueltos con el pacto de socios, pero existen otro tipo de decisiones —pequeñas y cotidianas— que también se deben revisar y reglamentar desde el principio.
Un grave error que no comete un emprendedor exitoso es no diseñar procedimientos claros para enfrentar los retos cotidianos y las decisiones repetitivas del negocio. Muchos emprendimientos se atrancan o acaban por choques en los puntos de vista de sus socios en el día a día. Por esto se deben establecer metodologías para que el equipo pueda tomar esas decisiones de forma eficiente y sin producir inconvenientes.
9. Contratar un abogado que guíe el proyecto
Cada fase de la iniciativa emprendedora exige un tipo específico de acompañamiento —en las fases iniciales se necesitan asesores para el modelo de negocio, más tarde para la estructuración del proyecto y, luego, para la planificación, el marketing o las ventas—, pero hay uno en particular que se necesita siempre: un abogado competente y experimentado.
Algunos emprendedores tienen la horrible costumbre de tomar un modelo de contrato o documento legal ajeno para copiarlo, un error garrafal. Por su parte, el emprendedor exitoso entiende que un abogado le servirá para proteger su idea y crear las bases legales de su negocio. No tener asesoría legal para el nacimiento, la evolución y la consolidación de una iniciativa emprendedora puede ser el inicio de una catástrofe.
10. Aclarar y alinear las motivaciones de los integrantes
Muchas ideas y emprendimientos fracasan porque los integrantes del equipo no sincronizan sus intereses y motivaciones con el proyecto. Conocer las razones por las cuales cada socio se sumó al equipo emprendedor es prioritario para el futuro del negocio. De la misma forma, es importante poner en común las ambiciones individuales y la capacidad de riesgo de cada uno de los integrantes.
Para asegurar un buen clima dentro del emprendimiento es crítico alinear las necesidades individuales y discutir hasta qué punto está dispuesto a arriesgar cada miembro del equipo. Con estos aspectos claros y sobre la mesa se logrará una coincidencia en la velocidad de trabajo y en el nivel de riesgo permitido en la toma de decisiones.
11. Seguir formándose como empresario
Un emprendedor exitoso nunca interrumpe su proceso formativo y académico. La educación continua nutre los proyectos y los grupos de trabajo. Además, la permanente exposición a nuevos conocimientos aportará ventajas competitivas al individuo y al colectivo emprendedor.
Vale la pena que los miembros del equipo se distribuyan temáticas, las estudien con dedicación y las socialicen con sus compañeros. Así traerán nuevos conocimientos al grupo y ayudarán a que el proyecto evolucione a la par de sus promotores y del entorno. Cultivar el hábito de lectura, asistir a seminarios y congresos del sector, contratar asesores, etc., son costumbres saludables y beneficiosas para el proyecto.
12. Trabajar en la creación de redes de apoyo
En uno de los puntos anteriores insinuamos el networking como un activo valioso para el emprendimiento. El equipo emprendedor debe hacer un esfuerzo monumental para la creación de una red sólida de contactos para el negocio.
La asistencia a eventos que tengan relación directa o indirecta con el mercado objetivo, las permanentes conversaciones con proveedores e industrias del sector, el relacionamiento directo con los competidores y el ecosistema de la categoría hacen que el emprendedor y su equipo se expongan a la realidad. Trabajar en el networking servirá para conseguir contactos, aliados, clientes, información y aprendizajes. Actualmente vivimos en un mundo en el que cada relación se puede transformar en una puerta o en un motor que dinamiza la idea. El emprendedor exitoso nunca descuida las tareas que lo acercan a la comunidad.
13. Diseñar un plan de negocio conciso y claro
El plan de negocio es lo que le permite al equipo emprendedor proyectar la iniciativa hacia el largo plazo. El plan o el modelo de negocio será el arma para mantener a todos los integrantes enfocados en los objetivos, los procesos y las acciones para sacar el negocio adelante.
Cuando no se construye y se sigue un plan de negocio, los equipos caen en la operatividad y se dejan llevar por los resultados a corto plazo. Un emprendedor exitoso planifica, presupuesta e inculca estas premisas organizacionales en el equipo. Un buen líder emprendedor siempre se guía por un documento estratégico, porque sin él podrían desviarse del camino y afectar el proyecto.
14. Proteger los recursos y las finanzas
Cuando los emprendedores se enfocan excesivamente en la idea se olvidan de algo trascendental: los recursos y las finanzas. ¡Por eso hablamos en el punto anterior de los planes y los presupuestos! Porque son fundamentales para la sostenibilidad y la proyección de una iniciativa emprendedora.
El líder del proyecto deberá crear dos presupuestos: el real y el objetivo. Luego, asignarle a alguien la responsabilidad de monitorear ambos y retroalimentar al equipo sobre el cumplimiento. El compromiso de este miembro del equipo será administrar y optimizar los recursos y así proteger las finanzas del emprendimiento.
15. Trabajar en la captación y la selección de talento
Los equipos emprendedores se tienen que complementar con profesionales sobresalientes. Después de conformar el grupo de socios, los proyectos deben salir al mercado a cazar el mejor talento disponible para ejecutar el plan de negocio.
El emprendedor exitoso absorberá el mejor talento disponible en las áreas críticas del proyecto para garantizar la estabilidad y los resultados. Para captar ese talento se debe hacer una correcta comunicación de estrategia corporativa, porque con esto se podrá motivar a los profesionales para que se sumen a la iniciativa. Por su parte, para seleccionar el talento, el equipo emprendedor tendrá que diseñar un proceso en el que se especifiquen las características mínimas para hacer parte de la organización. Una excelente gestión del área de talento humano pondrá al proyecto en la dirección correcta.
16. Gestionar correctamente el talento
Después de atraer y seleccionar el mejor talento profesional disponible en el mercado, el reto pasará a la gestión. Para gestionar el talento con eficiencia, el equipo emprendedor necesitará de un líder hábil, experimentado e inspirador que tenga muchas fortalezas en el área de talento humano y que evalúe con justicia y retroalimente con regularidad a cada integrante de la organización.
Los proyectos emprendedores que triunfan son los que motivan, entrenan y desarrollan a su talento. Las empresas —sobre todo en sus fases iniciales— necesitan personas comprometidas que aporten y se preocupen por construir un magnífico clima de colaboración.
17. Crear un área comercial sólida
La capacidad de diseño y ejecución de buenas acciones comerciales es la columna vertebral del emprendedor exitoso. De hecho, la planificación de una estrategia comercial es un aspecto fundamental para la evolución y la consolidación de una iniciativa emprendedora.
Son muchas las tareas que se abordan en el área comercial de un negocio, y también son bastantes los consejos que podríamos compartir en este apartado, pero queremos concentrarnos en cuatro que consideramos críticos:
- Tener una persona competente y experimentada al frente del área comercial. Si entre los socios no hay una persona con conocimientos profundos en ventas y negociación y con algo de experiencia, lo mejor será invertir en la contratación de talento externo. El área comercial necesita un líder capaz, sí o sí.
- En las primeras ventas el dinero es lo de menos. Sí, ningún proyecto funciona sin ingresos —eso lo sabemos—, pero en esas primeras transacciones hay otras variables más importantes para el futuro; variables que condicionan el rendimiento a largo plazo y la reputación de la iniciativa.
- No subestimar el entorno. Las redes naturales de contacto —los familiares, los amigos, los conocidos, los referidos, etc.— son una extraordinaria fuente de prospectos: explórala y explótala.
- Permitir que el producto o el servicio evolucione con la retroalimentación del mercado. Es necesario respetar lo planeado, pero también se debe ser inteligente y cambiar cuando el mercado lo requiera.
18. Diseñar buenos procesos administrativos
Una buena administración hará que el proyecto se forje un futuro prometedor. Un emprendedor exitoso entiende que su iniciativa conseguirá resultados positivos si se diseñan mecanismos administrativos que garanticen la salud del negocio en el día a día. Dentro de las tareas administrativas más importantes para el desarrollo del emprendimiento están:
- Tercerizar el área contable. A través de la externalización, el equipo se quitará de encima asuntos complejos y cambiantes relacionados con el flujo de capital, la facturación y la cartera.
- Ser pesimista en los ingresos y los gastos. Los emprendedores inteligentes para planificar multiplican su presupuesto de ingresos por 0,5 y sus expectativas de gastos por 1,5 —con esta simple ecuación se preparan para escenarios complejos y retadores—.
- Evitar la improductividad. Se deben diseñar procesos simples, reuniones concretas y métodos claros para mejorar el desempeño del equipo. La improductividad y la parálisis del equipo son dos males que aquejan a muchos emprendimientos.
- Calcular el índice de supervivencia. Con este indicador se conocerá la capacidad de aguante del equipo y del proyecto —el índice de supervivencia se calcula a partir de los recursos disponibles para el proyecto y los gastos—. El objetivo es conocer el tiempo en el que se podría sostener el negocio funcionando sin inyectarle nuevos recursos.
19. Asumir un rol gerencial
Los gerentes que obtienen resultados positivos en su historial profesional se enfocan en la simpleza y la practicidad para liderar las compañías. Un emprendedor exitoso es consciente de que la simplificación de los procesos y las acciones es importante para liderar al equipo y enrutar correctamente la iniciativa.
¿Qué tipo de actitudes gerenciales debe asumir el líder emprendedor? A nuestro juicio, las más importantes son tres:
- Rodearse de expertos en cada campo para tener opiniones calificadas que aporten diferentes perspectivas en la toma de decisiones.
- Cuestionar cada proceso y acción, nunca conformarse con una metodología o resultado; todo debe ser cuestionado y mejorado.
- Abrirse a la retroalimentación, sacudirse del egocentrismo emprendedor para escuchar el mercado y mejorar.
- Explorar e investigar el mercado, salir de la oficina y enfrentarse a la realidad para seguir detectando oportunidades y amenazas.
20. Medir y nunca dejar de aprender
Los equipos emprendedores que alcanzan la meta son aquellos que aprenden de cada acierto y fracaso. El emprendedor exitoso vive el proceso con los ojos abiertos y saca lo mejor de cada circunstancia. Mide todo, evalúa todo, aprende de todo lo que te pasa. Potencia lo que arroja buenos resultados y cancela lo que no funciona. Los proyectos que invierten en analítica crecen más rápido. Las iniciativas emprendedoras que se fundamentan en los datos son más sostenibles.